Donnerstag, 29. November 2012

Milonga del solitario de Atahualpa Yupanqui en dos interpretaciones

Hoy quiero compartir en este sitio una milonga de Atahualpa Yupanqui, cantautor argentino. Yo admiro muchas de sus canciones, aquellas que cantan a la luna tucumana, a los hermanos, pero también aquellas contra el patrón, ya que Yupanqui era como él decía en una copla: "siempre he sido así, galopeador contra el viento" (tomado de: Coplas del payador perseguido).

 

Me gusta de vez en cuando
perderme en un bordoneo,
porque bordoneando veo
que ni yo mismo me mando.
Las cuerdas van ordenando
los rumbos del pensamiento,
y en el trotecito lento
de una milonga campera
va saliendo campo afuera,
lo mejor del sentimiento.

Ninguno debe pensar
que vengo en son de revancha,
no es mi culpa si en la cancha
tengo con qué galopear.
El que me quiera ganar,
ha 'i tener buen parejero,
yo me quitaré el sombrero,
porque así me han enseña'o,
y me doy por bien paga'o
dentrando atrás del primero.

Siempre bajito he canta'o
porque gritando no me hallo
--grito al montar a caballo
si en la caña me he bandea'o
pero tratando un versea'o
a'nde se canten quebrantos,
apenas mi voz levanto
para cantar despacito,
que el que se larga a los gritos
no escucha su propio canto.

Si la muerte traicionera
me acogota a su palenque,
háganme con dos rebenques
la cruz pa' mi cabecera;
si muero en mi madriguera
mirando los horizontes,
no quiero cruces ni aprontes,
ni encargos para el Eterno,
tal vez pasando el invierno
me dé sus flores el monte.

Toda la noche he cantado
con el alma estremecida,
que el canto es la abierta herida
de un sentimiento sagrado,
a naides tengo a mi lado
porque no buscó piedad,
desprecio la caridad
por la vergüenza que encierra;
soy como el león de las sierras,
vivo y muero en soledad.

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