Montag, 31. Oktober 2011

Sobre el subjuntivo presente


Encontré en la red esta explicación del subjuntivo presente, ojalá que pueda ayudarles en las conversaciones con los amigos y en las clases con los profesores.

Sonntag, 30. Oktober 2011

Ginamaria Hidalgo: Amar amando, canción de Horacio Guaraní

 

Amar Amando

Amar, amar, amar, amar de frente,
amar desde la vida hasta la muerte,
amar, amar las cosas y la gente,
amar, de cara al sol sin esconderse.

Amar como ama el niño sus juguetes,
amar como ama el pájaro su nido,
amar, amar la flor, amar el trigo
y tu cintura fresca de rocío.

No puedo vivir sin amar amando,
amar como te amé y me has amado,
amar, amar sin que sea pecado,
amar, amar, amar amando.

"Amar es dar la vida a cada rato,
amar es dar la cara, y no hacer trampas,
amar es el jugarse por su pueblo,
amar como te amé y  tú me amabas"

No puedo vivir sin amar amando,
amar como te ame y me has amado,
amar, amar sin que sea pecado,
amar, amar, amar amando.

Samstag, 29. Oktober 2011

María Elena Walsh: El reino del revés

EL REINO DEL REVÉS

Me dijeron que en el Reino del Revés
nada el pájaro y vuela el pez,
que los gatos no hacen miau y dicen yes
porque estudian mucho inglés.
Me dijeron que en el Reino del Revés
nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez
y que dos y dos son tres.
Me dijeron que en el Reino del Revés
cabe un oso en una nuez,
que usan barbas y bigotes los bebés
y que un año dura un mes.
Me dijeron que en el Reino del Revés
hay un perro pekinés
que se cae para arriba y una vez
no pudo bajar después.
Me dijeron que en el Reino del Revés
un señor llamado Andrés
tiene 1.530 chimpancés
que si miras no los ves.
Me dijeron que en el Reino del Revés
una araña y un ciempiés
van montados al palacio del marqués
en caballos de ajedrez.

Vamos a ver cómo es
el Reino del Revés.
 

Montag, 24. Oktober 2011

El Chavo del Ocho: La clase de geografía (con subtítulos en español)


Si haces clic en las dos ces cc al lado del 240p podrás leer los subtítulos.

Ismael Rivera de Puerto Rico: Soy feliz


(Dale pa'lante que nací para ser feliz,
a como dé lugar)

 Ya cantan lo ruiseñores
y ya se acerca de nuevo el día
y para mí, todo es alegría
está contento el corazón porque me ama

Y si tú me colmas de besos, ¡Oye cosita linda!
y me llenas de caricias
no hay malicia que me atormente
el mundo lo tengo a mis pies.

Y por eso soy millonario en amor
yo soy un cheque,  pagadero al portador
y soy feliz, bien feliz, así lo grito
mira que el mundo sepa,  que se sepa, soy feliz.

Ya cantan lo ruiseñores
y ya se acerca de nuevo el día
y para mí, todo es alegría
está contento el corazón porque me ama.

Y si tú me colmas de besos ¡Oye cosita linda!
y me llenas de caricias
no hay malicia que me atormente
el mundo lo tengo a mis pies.

Y por eso, soy millonario en amor
yo soy un cheque, pagadero al portador
y soy feliz, bien feliz, así lo grito
mira que el mundo sepa, que se sepa, soy feliz.

Coro: Soy feliz.

Porque te tengo a ti,
Pero que mira cantan los ruiseñores
Yo soy feliz, mira pa' ahí, yo tengo una negrita linda.
Que me cocina, gandinguita con ají.
Cosita linda,  belemba.
Cosita rica.
 
¡Gracias a Iván de Puerto Rico por la salsita de hoy! Pa'lante y a ser feliz :-).
 

Donnerstag, 20. Oktober 2011

Juan Carlos Cobián : Nostalgias

Ayer por la noche un amigo argentino me mandó una interpretación de Diego El Cigala, cantaor español, de un viejo tango. He puesto por respeto al país de origen de mi amigo y del compositor una versión argentina del tango de Juan Carlos Cobián: Nostalgias.

Más sobre Juan Carlos Cobián: http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Carlos_Cobi%C3%A1n
 


El sitio oficial de El Cigala: http://www.elcigala.com/

NOSTALGIAS  
Quiero emborrachar mi corazón
para olvidar (apagar) un loco amor,
que más que amor es un sufrir:
 (y)aquí vengo para eso,
a borrar antiguos besos
en los besos de otras bocas....

Si su amor fue flor de un día
¿Por qué guardas (causa es) siempre mía
esta cruel preocupación?
Quiero por  dios (por los dos)  mi (la)copa alzar
para borrar (olvidar) mi obstinación...
Y más la  vuelvo a recordar!

Nostalgias
de escuchar tu (su) risa loca
y sentir junto a mi boca,
como un fuego, tu (su) respiración.

Angustia
de sentirme abandonado,
de sentir (y pensar) que otro (otra) a su lado
pronto, pronto le hablará de amor.

¡Ay Hermano!,
 (yo no quiero ) no puedo rebajarme,
ni pedirle, ni rogarle (ni llorarle),
ni decirle que no puedo más vivir...
Desde mi triste soledad veré caer
las rosas muertas de mi juventud. 
 
Gime, bandoneón, tu tango gris;
quizás a ti te hiera igual
algún adiós (amor) sentimental...
Llora mi alma de fantoche,
sola y triste en esta noche,
noche negra y sin estrellas...
Si las copas traen consuelo,
aqui estoy con mi desvelo
para ahogarlo de una vez.
Quiero emborrachar mi (al) corazón
para después poder brindar
por los fracasos del amor.




Aquí en el video tenemos una foto de Carlos Gardel, pero el que interpreta la canción no es Gardel.

Mittwoch, 19. Oktober 2011

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj

Leímos hace dos días en la clase de conversación este cuento de Cortázar, algunos de los alumnos tuvieron una impresión bastante interesante del cuento, viendo inmediatamente la sociedad consumista en el mismo. Después oímos de la voz de Cortázar el cuento, uno de los alumnos dijo que lo leía como una amenaza, talvez la voz dulce de Cortázar hizo que la repetición de las dos palabras"te regalan" suene a amenaza. Pienso que dio en el clavo con este regalo: vivimos amenazados por las cosas y por el tiempo e ignoramos a la gente que nos quiere y la importancia de compartir con ellos los momentos de la vida, aunque nuestra vida  sea solo un momento.

 

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.


Sobre Julio Cortázar: http://de.wikipedia.org/wiki/Julio_Cort%C3%A1zar

Montag, 17. Oktober 2011

Alberto es de Venezuela

¡Qué bueno que no soy de Venezuela! , por lo menos no soy de Venezuela y vivo en los Estados Unidos, solo lo digo por la pronunciación de los gringos. Me parece divertido como explica las cosas el pana (pana significa amigo en Venezuela).

Sonntag, 16. Oktober 2011

LOS INDIGNADOS

Más vale tarde que nunca dice un refrán. Pues sí, ahora que nos toca a muchos la pobreza y el hambre, nos manifestamos. Los indignados se encuentran en diferentes países y las formas de manifestarse es diferente, a veces imposible, depende siempre del gobierno de turno de cada país. Aquí comparto alguno de los videos y fotos vistos estos días. 

Lo que me sucede con todos estos movimientos de los indignados es extraño. Saben, tanto tiempo nuestros pueblos protestando, me refiero a América Latina , pero nadie nos hizo nunca caso.Por eso no somos ni siquiera América sino sub América como diría Galeano (http://eduardogaleano.org/2011/10/12/americanos/), esto gracias a los pinches gringos (así dicen los mexicanos y yo lo repito).  Ahora todos se humanizan, claro, les llegó la hora a los demás humanos. Eso que está pasando lo comenté apenas  llegué a Europa, "ya pasarán lo mismo o peor y allí quiero ver qué hacen", dije. Porque la gente en Europa siempre se expresaba de nosotros como si fuesemos unos zánganos que solo bailamos. Y ahora se puede escuchar en un país europeo hablar mal de los zánganos de otros países europeos.Al final los verdaderos zánganos son millonarios y los demás nos parecemos cada vez más: sin un trabajo justo, sin dinero, con deudas, etc.

Ayer el video de la manifestación en la Puerta del Sol que puso un amigo español me hizo recordar a todo el oro saqueado al Perú. Irónico, macabro, llámenlo como quieran, pero fue mi impresión. Aunque tengo ahora la esperanza que la gente que allí protesta sea más valiosa que todo el oro del mundo.
 






Y a ti ¿qué te encojona? (¿qué te molesta?)

Este blog es un espacio para poner todas las formas del hablar en español. El muchacho que aquí habla, habla quizá muy rápido (para mí no). Si repiten el video varias veces lo entenderán. Me hace mucha gracia saber que cosas le molestan. Comparto con Eduardo algunas de sus molestias. Por ejemplo a Eduardo le molestan: la falta de cortesía, la mala educación, las arrogancias, la falta de sentido del humor, la gente arrogante, todo lo que no sea positivo, la gente que no quiera sonreírse, gente queriendo aparentar cosas que no son, etc.
 
Encojonar significa irritar, molestar. La palabra encojonar se usa en Cuba, Puerto Rico y Venezuela.
Al final Eduardo dice: " ¡está cabrón, ahora estoy encojonao, ahora estoy bien encojonao, qué voy a hacer ahora, ahora no me quiero ni sonreír, está cabrón!" Pero sin embargo Eduardo sonríe. ¡Bien Eduardo!

Samstag, 15. Oktober 2011

"¡Vales un Perú!"

Encontré en Facebook este video de Geraldine Chaplin contando una anécdota que le pasó en Madrid con un peruano llamado Víctor. Esto fue este año en el Festival de Cine de Lima. Lo único que quiero decir que ese "ajá" que comenta Geraldine Chaplin aquí es muy típico en Lima, no denota necesariamente asombro como Geraldine Chaplin lo explica, es en realidad una especie de muletilla de los limeños :-).

 

Valer algo un Perú. 1. loc. verb. coloq. Ser de mucho precio o estimación.

Donnerstag, 13. Oktober 2011

Jorge Luis Borges

EL OTRO, de Tristán Bauer, basado en el cuento El otro de Borges
http://es.wikipedia.org/wiki/Trist%C3%A1n_Bauer



En el minuto 4: 17 se lee el  poema Trinchera
      "Trinchera" 
Angustia.
En lo altísimo una montaña camina.
Hombres color de tierra naufragan en la grieta más baja.
El fatalismo unce las almas de aquéllos
que bañaron su pequeña esperanza en las piletas de la noche.
Las bayonetas sueñan con los entreveros nupciales.
El mundo se ha perdido y los ojos de los muertos lo buscan.
El silencio aúlla en los horizontes hundidos.


Tomado del siguiente enlace:  

http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-09341999000100008&script=sci_arttext
El Otro
Por Jorge Luis Borges

El hecho ocurrió el mes de febrero de 1969, al norte de Boston, en Cambridge. No lo escribí inmediatamente porque mi primer propósito fue olvidarlo, para no perder la razón. Ahora, en 1972, pienso que si lo escribo, los otros lo leerán como un cuento y, con los años, lo será tal vez para mí. Sé que fue casi atroz mientras duró y más aún durante las desveladas noches que lo siguieron. Ello no significa que su relato pueda conmover a un tercero.
Serían las diez de la mañana. Yo estaba recostado en un banco, frente al río Charles. A unos quinientos metros a mi derecha había un alto edificio, cuyo nombre no supe nunca. El agua gris acarreaba largos trozos de hielo. Inevitablemente, el río hizo que yo pensara en el tiempo. La milenaria imagen de Heráclito. Yo había dormido bien, mi clase de la tarde anterior había logrado, creo, interesar a los alumnos. No había un alma a la vista.
Sentí de golpe la impresión (que según los psicólogos corresponde a los estados de fatiga) de haber vivido ya aquel momento. En la otra punta de mi banco alguien se había sentado. Yo hubiera preferido estar solo, pero no quise levantarme en seguida, para no mostrarme incivil. El otro se había puesto a silbar. Fue entonces cuando ocurrió la primera de las muchas zozobras de esa mañana. Lo que silbaba, lo que trataba de silbar (nunca he sido muy entonado), era el estilo criollo de La tapera de Elías Regules. El estilo me retrajo a un patio, que ha desaparecido, y la memoria de Alvaro Melián Lafinur, que hace tantos años ha muerto. Luego vinieron las palabras. Eran las de la décima del principio. La voz no era la de Álvaro, pero quería parecerse a la de Álvaro. La reconocí con horror.
Me le acerqué y le dije:
-Señor, ¿usted es oriental o argentino?
-Argentino, pero desde el catorce vivo en Ginebra -fue la contestación.
Hubo un silencio largo. Le pregunté:
-¿En el número diecisiete de Malagnou, frente a la iglesia rusa?
Me contestó que sí.
-En tal caso -le dije resueltamente- usted se llama Jorge Luis Borges. Yo también soy Jorge Luis Borges. Estamos en 1969, en la ciudad de Cambridge.
-No -me respondió con mi propia voz un poco lejana.
Al cabo de un tiempo insistió:
-Yo estoy aquí en Ginebra, en un banco, a unos pasos del Ródano. Lo raro es que nos parecemos, pero usted es mucho mayor, con la cabeza gris.
Yo le contesté:
-Puedo probarte que no miento. Voy a decirte cosas que no puede saber un desconocido. En casa hay un mate de plata con un pie de serpientes, que trajo del Perú nuestro bisabuelo. También hay una palangana de plata, que pendía del arzón. En el armario de tu cuarto hay dos filas de libros. Los tres de volúmenes de Las mil y una noches de Lane, con grabados en acero y notas en cuerpo menor entre capítulo, el diccionario latino de Quicherat, la Germania de Tácito en latín y en la versión de Gordon, un Don Quijote de la casa Garnier, las Tablas de Sangre de Rivera Indarte, con la dedicatoria del autor, el Sartor Resartus de Carlyle, una biografía de Amiel y, escondido detrás de los demás, un libro en rústica sobre las costumbres sexuales de los pueblos balcánicos. No he olvidado tampoco un atardecer en un primer piso en la plaza Dubourg.
-Dufour -corrigió.
-Está bien. Dufour. ¿Te basta con todo eso?
-No -respondió-. Esas pruebas no prueban nada. Si yo lo estoy soñando, es natural que sepa lo que yo sé. Su catálogo prolijo es del todo vano.
La objeción era justa. Le contesté:
-Si esta mañana y este encuentro son sueños, cada uno de los dos tiene que pensar que el soñador es él. Tal vez dejemos de soñar, tal vez no. Nuestra evidente obligación, mientras tanto, es aceptar el sueño, como hemos aceptado el universo y haber sido engendrados y mirar con los ojos y respirar.
-¿Y si el sueño durara? -dijo con ansiedad.
Para tranquilizarlo y tranquilizarme, fingí un aplomo que ciertamente no sentía. Le dije:
-Mi sueño ha durado ya setenta años. Al fin y al cabo, al recordarse, no hay persona que no se encuentre consigo misma. Es lo que nos está pasando ahora, salvo que somos dos. ¿No querés saber algo de mi pasado, que es el porvenir que te espera?
Asintió sin una palabra. Yo proseguí un poco perdido:
-Madre está sana y buena en su casa de Charcas y Maipú, en Buenos Aires, pero padre murió hace unos treinta años. Murió del corazón. Lo acabó una hemiplejía; la mano izquierda puesta sobre la mano derecha era como la mano de un niño sobre la mano de un gigante. Murió con impaciencia de morir, pero sin una queja. Nuestra abuela había muerto en la misma casa. Unos días antes del fin, nos llamó a todos y nos dijo: "Soy una mujer muy vieja, que está muriéndose muy despacio. Que nadie se alborote por una cosa tan común y corriente."Norah, tu hermana, se casó y tiene dos hijos. A propósito, ¿en casa como están?
-Bien. Padre siempre con sus bromas contra la fe. Anoche dijo que Jesús era como los gauchos, que no quieren comprometerse, y que por eso predicaba en parábolas.
Vaciló y me dijo:
-¿Y usted?
No sé la cifra de los libros que escribirás, pero sé que son demasiados. Escribirás poesías que te darán un agrado no compartido y cuentos de índole fantástica. Darás clases como tu padre y como tantos otros de nuestra sangre. Me agradó que nada me preguntara sobre el fracaso o éxito de los libros.
Cambié. Cambié de tono y proseguí:
-En lo que se refiere a la historia... Hubo otra guerra, casi entre los mismos antagonistas. Francia no tardó en capitular; Inglaterra y América libraron contra un dictador alemán, que se llamaba Hitler, la cíclica batalla de Waterloo. Buenos Aires, hacía mil novecientos cuarenta y seis, engendró otro Rosas, bastante parecido a nuestro pariente. El cincuenta y cinco, la provincia de Córdoba nos salvó, como antes Entre Ríos. Ahora, las cosas andan mal. Rusia está apoderándose del planeta; América, trabada por la superstición de la democracia, no se resuelve a ser un imperio. Cada día que pasa nuestro país es más provinciano. Más provinciano y más engreído, como si cerrara los ojos. No me sorprendería que la enseñanza del latín fuera reemplazada por la del guaraní.
Noté que apenas me prestaba atención. El miedo elemental de lo imposible y sin embargo cierto lo amilanaba. Yo, que no he sido padre, sentí por ese pobre muchacho, más íntimo que un hijo de mi carne, una oleada de amor. Vi que apretaba entre las manos un libro. Le pregunté qué era.
-Los poseídos o, según creo, Los demonios de Fyodor Dostoievski -me replicó no sin vanidad.
-Se me ha desdibujado. ¿Qué tal es?
No bien lo dije, sentí que la pregunta era una blasfemia.
-El maestro ruso -dictaminó- ha penetrado más que nadie en los laberintos del alma eslava.
Esa tentativa retórica me pareció una prueba de que se había serenado.
Le pregunté qué otros volúmenes del maestro había recorrido.
Enumeró dos o tres, entre ellos El doble.
Le pregunté si al leerlos distinguía bien los personajes, como en el caso de Joseph Conrad, y si pensaba proseguir el examen de la obra completa.
-La verdad es que no -me respondió con cierta sorpresa.
Le pregunté qué estaba escribiendo y me dijo que preparaba un libro de versos que se titularía Los himnos rojos. También había pensado en Los ritmos rojos.
-¿Por qué no? -le dije-. Podés alegar buenos antecedentes. El verso azul de Rubén Darío y la canción gris de Verlaine.
Sin hacerme caso, me aclaró que su libro cantaría la fraternidad de todos lo hombres. El poeta de nuestro tiempo no puede dar la espalda a su época. Me quedé pensando y le pregunté si verdaderamente se sentía hermano de todos. Por ejemplo, de todos los empresarios de pompas fúnebres, de todos los carteros, de todos buzos, de todos los que viven en la acera de los números pares, de todos los afónicos, etcétera. Me dijo que su libro se refería a la gran masa de los oprimidos y parias.
-Tu masa de oprimidos y de parias -le contesté- no es más que una abstracción. Sólo los individuos existen, si es que existe alguien. El hombre de ayer no es el hombre de hoy sentencio algún griego. Nosotros dos, en este banco de Ginebra o de Cambridge, somos tal vez la prueba.
Salvo en las severas páginas de la Historia, los hechos memorables prescinden de frases memorables. Un hombre a punto de morir quiere acordarse de un grabado entrevisto en la infancia; los soldados que están por entrar en la batalla hablan del barro o del sargento. Nuestra situación era única y, francamente, no estábamos preparados. Hablamos, fatalmente, de letras; temo no haber dicho otras cosas que las que suelo decir a los periodistas. Mi alter ego creía en la invención o descubrimiento de metáforas nuevas; yo en las que corresponden a afinidades íntimas y notorias y que nuestra imaginación ya ha aceptado. La vejez de los hombres y el ocaso, los sueños y la vida, el correr del tiempo y del agua. Le expuse esta opinión, que expondría en un libro años después.
Casi no me escuchaba. De pronto dijo:
-Si usted ha sido yo, ¿cómo explicar que haya olvidado su encuentro con un señor de edad que en 1918 le dijo que él también era Borges?
No había pensado en esa dificultad. Le respondí sin convicción:
-Tal vez el hecho fue tan extraño que traté de olvidarlo.
Aventuró una tímida pregunta:
-¿Cómo anda su memoria?
Comprendí que para un muchacho que no había cumplido veinte años; un hombre de más de setenta era casi un muerto. Le contesté:
-Suele parecerse al olvido, pero todavía encuentra lo que le encargan.
Estudio anglosajón y no soy el último de la clase.
Nuestra conversación ya había durado demasiado para ser la de un sueño.
Una brusca idea se me ocurrió.
-Yo te puedo probar inmediatamente -le dije- que no estás soñando conmigo.
Oí bien este verso, que no has leído nunca, que yo recuerde.
Lentamente entoné la famosa línea:
L'byre - univers tordant son corps écaillé d'astres. Sentí su casi temeroso estupor. Lo repitió en voz baja, saboreando cada resplandeciente palabra.
-Es verdad -balbuceó-. Yo no podré nunca escribir una línea como ésa.
Hugo nos había unido.
Antes, él había repetido con fervor, ahora lo recuerdo, aquella breve pieza en que Walt Whitman rememora una compartida noche ante el mar, en que fue realmente feliz.
-Si Whitman la ha cantado -observé- es porque la deseaba y no sucedió. El poema gana si adivinamos que es la manifestación de un anhelo, no la historia de un hecho.
Se quedó mirándome.
-Usted no lo conoce -exclamó-. Whitman es capaz de mentir.
Medio siglo no pasa en vano. Bajo nuestra conversación de personas de miscelánea lectura y gustos diversos, comprendí que no podíamos entendernos.
Eramos demasiado distintos y demasiado parecidos. No podíamos engañarnos, lo cual hace difícil el dialogo. Cada uno de los dos era el remendo cricaturesco del otro. La situación era harto anormal para durar mucho más tiempo. Aconsejar o discutir era inútil, porque su inevitable destino era ser el que soy.
De pronto recordé una fantasía de Coleridge. Alguien sueña que cruza el paraíso y le dan como prueba una flor. Al despertarse, ahí está la flor. Se me ocurrió un artificio análogo.
-Oí -le dije-, ¿tenés algún dinero?
-Sí - me replicó-. Tengo unos veinte francos. Esta noche lo convidé a Simón Jichlinski en el Crocodile.
-Dile a Simón que ejercerá la medicina en Carouge, y que hará mucho bien... ahora, me das una de tus monedas.
Sacó tres escudos de plata y unas piezas menores. Sin comprender me ofreció uno de los primeros.
Yo le tendí uno de esos imprudentes billetes americanos que tienen muy diverso valor y el mismo tamaño. Lo examinó con avidez.
-No puede ser -gritó-. Lleva la fecha de mil novecientos sesenta y cuatro. (Meses después alguien me dijo que los billetes de banco no llevan fecha.)
-Todo esto es un milagro -alcanzó a decir- y lo milagroso da miedo. Quienes fueron testigos de la resurrección de Lázaro habrán quedado horrorizados. No hemos cambiado nada, pensé. Siempre las referencias librescas.
Hizo pedazos el billete y guardó la moneda.
Yo resolví tirarla al río. El arco del escudo de plata perdiéndose en el río de plata hubiera conferido a mi historia una imagen vívida, pero la suerte no lo quiso.
Respondí que lo sobrenatural, si ocurre dos veces, deja de ser aterrador. Le propuse que nos viéramos al día siguiente, en ese mismo banco que está en dos tiempos y en dos sitios.
Asintió en el acto y me dijo, sin mirar el reloj, que se le había hecho tarde. Los dos mentíamos y cada cual sabía que su interlocutor estaba mintiendo. Le dije que iban a venir a buscarme.
-¿A buscarlo? -me interrogó.
-Sí. Cuando alcances mi edad habrás perdido casi por completo la vista.
Verás el color amarillo y sombras y luces. No te preocupes. La ceguera gradual no es una cosa trágica. Es como un lento atardecer de verano. Nos despedimos sin habernos tocado. Al día siguiente no fui. EL otro tampoco habrá ido.
He cavilado mucho sobre este encuentro, que no he contado a nadie. Creo haber descubierto la clave. El encuentro fue real, pero el otro conversó conmigo en un sueño y fue así que pudo olvidarme; yo conversé con él en la vigilia y todavía me atormenta el encuentro.
El otro me soñó, pero no me soñó rigurosamente. Soñó, ahora lo entiendo, la imposible fecha en el dólar.


De El libro de arena, 1975


Montag, 10. Oktober 2011

Manuel Acosta Ojeda canta con Abelardo Vásquez: Así te quiero



Hoy comparto esta canción con ustedes, la grabación no es profesional. Sin embargo para mí tiene mucho valor, no solo por sus versos, sino también porque vi a dos de los músicos en casa de mis padres. En realidad este video es un recuerdo de mi niñez, y como querer no pasa de moda, comparto el video con una enorme alegría.

 
Este video casero es de una de las miles de jaranas de estos músicos limeños, de una de esas noches de bohemia.

ASí TE QUIERO


Así como te quiero, 
nadie podrá quererte;
ni siquiera tus hijos,
si algún día los tienes.

Ni tus padres, ni tu misma. 
Nadie más que yo.

Te quiero como quieren
las aves al espacio,
como aman las estrellas 
el manto de la noche;
como quieren la lluvia
los campos y las flores
como las playas aman
a las olas del mar.

Ni a mi mismo me quiero, 
como te quiero a ti.


Autor: Manuel Acosta Ojeda

Samstag, 8. Oktober 2011

Joan Manuel Serrat - Esos locos bajitos


A menudo los hijos se nos parecen,
y así nos dan una primera satisfacción;
ésos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien hay que domesticar.

Niño,
deja ya de joder con la pelota.
Niño,
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
con nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.

Y nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós.


Johnny Rivera : No vale la pena enamorarse

"NO VALE LA PENA ENAMORARSE"
JOHNNY RIVERA & RAY SEPÚLVEDA

A este pobre corazón
que anda por ahí y buscando
a este torpe corazón
que se anda enamorando
que le importa si después
me paso el tiempo llorando
me paso el tiempo llorando.

A este pobre corazón
que anda buscando cariño
a este torpe corazón
inocente como un niño
romántico soñador
caballero aventurero
que en la senda del amor
me hace sufrir, me hace llorar.

No vale la pena, no vale la pena enamorarse
no vale la pena, no vale la pena enamorarse
 el amor te da la vida y también te la quita
cada vez que te enamoras y luego termina.

No vale la pena, no vale la pena enamorarse
no vale la pena, no vale la pena enamorarse
pero que le voy hacer si solo el sentimiento
es un torpe corazón que nunca me hace caso.

A este pobre corazón
que anda buscando cariño
a este torpe corazón
inocente como un niño
romántico soñador
caballero aventurero
que en la senda del amor
me hace sufrir, me hace llorar.

No vale la pena, no vale la pena enamorarse
no vale la pena, no vale la pena enamorarse
que el amor te da la vida y también te la quita
cada vez que te enamoras si luego termina.

No vale la pena, no vale la pena enamorarse
no vale la pena, no vale la pena enamorarse
pero que le voy hacer si solo el sentimiento
este torpe corazón que nunca me hace caso.

No vale la pena no vale la pena enamorarse
no vale la pena enamorarse
que del dolor y el sufrir no es fácil escaparse
no vale la pena no vale la pena enamorarse
para qué sufrir, para qué llorar
si amores
hay en cantidad
no vale la pena no vale la pena enamorarse
tengo el corazón hecho pedazos
pero este torpe corazón no cree en rechazos
no vale la pena no vale la pena enamorarse
si solo queda el final
para qué, para qué
me voy enamorar
no vale la pena no vale la pena enamorarse
no vale la pena,
penita penita, penita que pena
qué pena me da
mejor es solito quedarse
Oye Ray
no vale la pena no
de que?
me quedo solo
conmigo
y es así
No vale la pena, no vale la pena enamorarse
es que no vale la pena, penita
y de este amor
hay que superarse
no vale la pena, no vale la pena enamorarse
que el amor es hacer sufrir
para después perdón pedir, pedir
Y vuelve otra vez!
No vale la pena, no vale la pena enamorarse
ese amor que fue tan sincero
y ahora
le toca marcharse
no vale la pena no vale la pena enamorarse
no vale la pena,
penita penita, penita penita, penita penita, que pena, que pena me da
te digo yo
no vale la pena no vale la pena enamorarse
es que no vale pena no
como dijo Ray Sepúlveda así lo digo yo
no vale la pena no vale la pena enamorarse
no vale la pena enamorarse
y no vale la pena, mira, ya casarse
matrimonio para ti?
para mí no!
salsabor!

Dienstag, 4. Oktober 2011

Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)

Encontré interesante escuchar a diferentes profesores de la Universidad Católica de Lima hablar sobre su universidad. Algunos de mis alumnos irán el próximo año a esta universidad, talvez otros se animen y visiten Lima y una de sus universidades más importantes. Me gusta además porque hablan muy claro.


 

 

 

Montag, 3. Oktober 2011

Atahualpa Yupanqui: Los hermanos

 

Los hermanos (o Yo tengo tantos hermanos)


Yo tengo tantos hermanos,
que no los puedo contar,
en el valle, la montaña,
en la pampa y en el mar.

Cada cual con sus trabajos,
con sus sueños cada cual,
con la esperanza delante,
con los recuerdos, detrás.

Yo tengo tantos hermanos,
que no los puedo contar.

Gente de mano caliente
por eso de la amistad,
con un lloro pa’ llorarlo
con un rezo pa’ rezar.

Con un horizonte abierto,
que siempre está más allá,
y esa fuerza pa’ buscarlo
con tesón y voluntad.

Cuando parece más cerca
es cuando se aleja más.
Yo tengo tantos hermanos,
que no los puedo contar.

Y así seguimos andando
curtidos de soledad,
nos perdemos por el mundo,
nos volvemos a encontrar.

Y así nos reconocemos
por el lejano mirar,
por la copla que mordemos,
semillas de inmensidad.

Y así seguimos andando
curtidos de soledad,
y en nosotros nuestros muertos
pa’ que nadie quede atrás.

Yo tengo tantos hermanos,
que no los puedo contar,
y una novia muy hermosa
que se llama libertad.

Yo tengo tantos hermanos,
que no los puedo contar,
y una novia muy hermosa
que se llama libertad.

Dile que por mí no tema

A Celia Cruz se le conoce como la Reina de la Salsa, pero hay en su interpretación de los boleros una belleza y tristeza propias de ellos que solo Celia logra expresar; es decir que Celia Cruz es la Reina de la Salsa y del Bolero.
¡Celia, negrita linda, donde quiera que estés, millones de gracias!.

 

Dile a tu nuevo querer
Que no hay nada que temer
Porque hace ya mucho tiempo
Que te borré de mi mente
Y no me acuerdo de ti pues toda mi atención
La tengo puesta en alguien
Que lo merece en verdad
Al saberme mimar
Tal como lo soñé

Me cuida, le cuido, me besa, le beso
Compartimos nuestro cariño
Y no me queda un instante disponible
Para ocuparme de quien no respeto nunca mi amor
He perdido el tiempo pensando, creyendo
Las falsas promesas que hacías
Ojalá puedas hacerle muy feliz
Y así no tenga que sufrir la decepción que yo sufrí.
 

Sonntag, 2. Oktober 2011

Ernesto "Che" Guevara recitando "Los Heraldos Negros" de César Vallejo

En la voz de Ernesto "Che" Guevara el poema Los Heraldos Negros de César Vallejo. El poema lo podrán escuchar a partir del minuto número dos. 

 


César Vallejo
(Perú, 1892-Paris, 1938)


Los Heraldos Negros
(1918)


LOS HERALDOS NEGROS

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas obscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!