Mittwoch, 1. April 2015

Natalia Lévano Casas: Primero de abril

Hoy, primero de abril
en la estación de transbordo,
en una juguería,
cafetería,
bar.
Debajo de una fea plaza,
sin vidrios que den a esa plaza fea.

Coloridos jugos
 se escondían debajo de nuestros negros ojos.
Íbamos a por ellos
los de exóticas frutas:
desde la innombrable papaya
hasta el mango.
Sabores idénticos,
colores diferentes,
celestiales precios.

Personas, flores
personas acercábanse con flores
flores acercábanse con personas
personas...
flores...
personas...
flores...
personas...
Más coloridas y perfumadas
que la innombrable papaya
y el peruano mango.

Saltarines conejos de pascua,
regalos,
bombones
llegaban a ti.
¡Qué día! ¿Qué día? ¡Qué día!
El día de un alegre, juvenil y bello rostro.

Tu cotidiana sonrisa
alegra a esos solitarios seres.
Juntos ahora,
reunidos en una ronda 
casi infantil,
que se rompía por momentos
por un regalo más.

Los floreros estallaban,
las flores abrazaban tus manos.
La broma de abril
se convirtió en una melodía 
de las más envidiadas y sonoras. 
Ninguna actriz 
de ningún teatro
había sido tan aplaudida,
tan aclamada,
por tan sinceras gentes.

Natalia Lévano Casas
1.4.2015

Esto escribí después de una escena de la vida real en un centro comercial de Heidelberg, Alemania.

Aquí les dejo algo que escribí cierta vez por una situación también real: 

2 Kommentare:

  1. actrices sinceras merecen espectadores sinceros, eso es justo.
    abril me gusta, abril es el norme de mi hermana que nació en abril, abril es un mes que me gusta, desde el principio hasta el fin.
    ojalá y un día vuelva a probar esos jugos, pero no aquí mejor allá, allá de donde somos las frutas exóticas.
    ahora estoy aquí, con el recuerdo de sabor a papaya o "fruta bomba" en la boca, con el recuerdo de abril... intento sobre todo imaginar como se escucharán los aplausos de gentes sinceras... tal vez eso solo lo pueda decir una actriz que ha escuchado lo diferencia.

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  2. ¡Hola ardilla roja!
    La escena fue una escena en un gran centro comercial. Los regalos eran para una vendedora. La gente que llegaba, algunos de ellos muy pobres, algunos no hablaban bien, pero expresaban su cariño no solo con sus regalos , sino también con su mirada. Como yo voy seguido al teatro, veo a muchos grupos con dinero, ninguno de ellos tiene esa tremenda expresión de cariño. Fue una escena fabulosa. Quizás se pueda hacer un pequeño corto a partir de ella. Saludos sinceros.

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